"Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido..."
sábado, abril 29, 2006 Por motivos prácticos y vagancia extrema... http://spaces.msn.com/otroputoblog/ Bienvenidos de nuevo. Si queréis. SALU2 PD: Llevo unas semanas con problemillas de salud, así que estoy más bien poco inspirado. Tarde o temprano volveré a escribir. Paciencia. PIN-HEAD @ 16:12 -+-+- | -+-+-+-+- |
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viernes, marzo 10, 2006 Las estadísticas están para romperlas Era el partido de su vida. Todos sus esfuerzos se habían concentrado en llegar en plena forma a la final de la Champions League, y por lo visto habían dado el fruto esperado. Lo que no estaba dispuesto a soportar era que un gesto antideportivo y vil, estropeara su debut mundial. Tras una espectacular jugada individual esquivando a cuatro defensas en el área rival, fue víctima de un patadón criminal que estuvo a punto de cobrarse su integridad física. Tras revolcarse sobre el césped por el insoportable dolor durante unos segundos, se quejó al árbitro. Este ni si quiera le miró. Ignoró sistemáticamente sus gritos desesperados y su indignación manifiesta, al igual que los dos jueces de línea y el árbitro asistente. No se consideró falta ni tarjeta.Ni si quiera sus compañeros le hicieron caso. Y entonces fue cuando, herido profundamente en su orgullo, abandonó el césped y se dirigió al vestuario sin decir ni una sola palabra. Las ochenta y ocho mil personas que asistían como público, los dos equipos con cuerpo técnico y directivo incluidos, los trescientos diez empleados del club local, los cuatro árbitros, los dieciséis recogepelotas, los doscientos noventa y tres periodistas, fotógrafos y cámaras, los ciento veinte agentes de seguridad, y los catorce perros policía; todos, quedaron boquiabiertos al presenciar lo que se estaba produciendo ante sus ojos. Era la primera vez en sus vidas que veían un balón de fútbol marchase del partido por iniciativa propia. PIN-HEAD @ 03:28 -+-+- | -+-+-+-+- |
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viernes, febrero 17, 2006 El brazo a torcer No soportaría otra ruptura. Tanto desamor la mataría. Tras más de veinte relaciones en diez años, sabía que si su actual novio la dejaba, como habían hecho todos los anteriores, no sería capaz de soportarlo. Por eso cada vez que iniciaban una discusión ella cedía siempre, dándole la razón y acatando su voluntad. Le hacía regalos, tenían sexo continuamente y le daba la libertad que necesitaba. Nunca le agobió con mensajes al móvil ni llamadas, ni reuniones familiares o cenas con amigos, y él estaba encantado. O eso le parecía. Hacía todo lo que estuviera en su poder para mantenerle contento, pero no por él, sino por ella. Traumatizada por los abandonos de sus anteriores parejas, se había propuesto preservar esta relación o, como mínimo, evitar a cualquier precio que fuera él quien pusiera fin al noviazgo. Por eso aquella tarde condujo a 180, entre lágrimas y sollozos desesperados, en dirección a casa de su chico. Aquel maldito mensaje corto en su móvil indicaba lo peor. “Lo siento mucho, preciosa. Tengo que terminar con esto. Adiós.” Debía hablar con él, hacerle entrar en razón para que no la abandonara. Estaba segura de que era la mujer perfecta que él necesitaba y quería hacérselo ver. Frenó el coche en doble fila, justo en frente del portal donde tantos besos se habían dado al despedirse cuando volvían del cine; aprovechó la salida de un vecino para entrar como una bala, buscó nerviosa su copia de la llave dentro del bolso, sorbiendo frenéticamente las lagrimas que goteaban por sus fosas nasales. Gemidos de desesperación acompañaron al crujir de la cerradura al abrirse. Entró precipitadamente, empujando la puerta con fuerza, buscando con la vista a su todavía novio. En el sofá, donde esperaba encontrarle llorando con los codos sobre las rodillas y la cabeza entre las manos, no había nadie. Miró hacia la cocina y vio su cadáver balanceándose, colgado del techo con un cinturón alrededor de su cuello macilento. Se secó las lágrimas con el dorso de la mano, suspiró de alivio y caminó tranquilamente hacia el teléfono fijo de la casa. No se sorprendió al ver su propia sonrisa reflejada en el cristal de la ventana mientras daba la dirección del domicilio a la policía. Una sola idea, liviana y apaciguadora, cruzaba en aquellos instantes por su cerebro: “Pudo ser peor. Pudo decirme que me dejaba.” PIN-HEAD @ 05:00 -+-+- | -+-+-+-+- |
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miércoles, diciembre 28, 2005 La sonrisa de Valeria Sus novios nunca quisieron besarla en público. Sus amigos se sentían incómodos al conversar con ella delante de otra gente. Cuando comía en algun restaurante, todo el mundo intentaba mirar hacia otro lado, escandalizados y abochornados. Sus relaciones sexuales fueron siempre angustiosas y muy tensas. No le invitaban a bodas, bautizos, comuniones, despedidas de soltera, fiestas privadas ni cenas de antiguos alumnos. No era bienvenida en ningún evento social. Y lo notaba. Todo el mundo lo notaba. Sin embargo Valeria era una chica muy guapa. Estatura media, pelo largo y ondulado de color rojizo, piel fina y delicada, ojos de un azul intensísimo, labios carnosos y sensuales, dientes perfecto, cuerpo esbelto, senos grandes y firmes, cintura marcada, piernas de ensueño. Además también era culta, humilde, simpática, generosa, sincera, amable, inteligente, responsable, cariñosa, femenina, sociable, educada, natural, trabajadora, voluntariosa, creativa, solidaria e ingeniosa. La verdad es que nunca entendió el comportamiento distante e intranquilo que todo el mundo mostraba con ella. Aunque supuso que el hecho de tener la boca donde debería estar la vagina, y viceversa, tenía algo que ver. PIN-HEAD @ 16:24 -+-+- | -+-+-+-+- |
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domingo, diciembre 04, 2005 Reflexiones lepidópteras ¿Vale la pena abandonar la humildad y la inteligencia por la belleza y la vanidad? Me pregunto esto diariamente y sigo sin encontrar respuesta. Hablo con mis allegados y me miran como si estuviera loco. Ellos consideran que ser bello es ser poderoso, que la conciencia y la razón son recursos secundarios que utilizamos los menos agraciados físicamente, para sentirnos valorados en algún ámbito. No estoy en absoluto de acuerdo. La belleza, como todo el mundo sabe, es efímera y aleatoria; sin embargo la razón prevalece sobre todo lo demás, aunque por sí misma no sirva de nada. Pero ¿es realmente valioso algo que no es útil? ¿de qué nos sirve ser listos o tener capacidad de raciocinio si no podemos conseguir nada tangible con ello? Al fin y al cabo viviré el mismo tiempo que alguien superficial, estúpido y bello. ¿O acaso la conciencia de las cosas amplia nuestras experiencias más allá del tiempo y del espacio? ¿vivimos por tanto las mismas cosas a más niveles? ¿se puede considerar eso un enriquecimiento personal? ¿o simplemente intentamos consolarnos y engañarnos a nosotros mismos para no admitir que nacimos para fracasar? En cualquier caso, me quedo con la frase que me dijo uno de mis hermanos ayer, mientras comíamos unas hojas de morera. - Si sabes que no tiene solución ¿para qué te preocupas? Tío, deja de comerte la olla y vete preparando para fabricar tu capullo o vas a ser el último en transformarte en mariposa. PIN-HEAD @ 16:39 -+-+- | -+-+-+-+- |
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jueves, noviembre 24, 2005 Falsas esperanzas Son todas unas zorras. Sonará misógino, pero no hay más explicación que esa. Tres horas (tres!) siguiéndola por todo el hipermercado disimuladamente pero dejando que se vieran mis intenciones. Intercambios de miradas que no dejaban lugar a dudas. Sus contoneos eran la respuesta. Ese precioso culo apretado y eso inmensos pechos asomando por su escote. Una auténtica diosa de unos 25 años paseando su carrito vacío por el establecimiento. Era obvio que buscaba algun tío con el que pasar el resto del día intercambiando fluidos en cualquier motel de carretera. Y ese era yo. Estaba completamente seguro de que aquella noche acabaría tirándome a esa rubia de mirada felina y labios carnosos. Me decidí a dar el paso definitivo y caminé hacia ella mirándola fijamente mientras me sonreía. Su cara parecía expresar un 'ya era hora'. Se le notaba que llevaba rato esperando a que yo tomara la iniciativa, y al fin lo hice. - Hola preciosa. - Hola guapo, ¿cómo te llamas?- santo Dios, era un jodido ángel caído del cielo. Su voz era dulce y acaramelada. Desprendía un sutil olor a perfume caro. Y no dejaba de sonreirme. - Roberto ¿y tú?- no me dejé intimidar. No pensaba titubear ni un sólo instante. Soy un tío seguro de mí mismo. Conozco mis posibilidades y sabía que la presa estaba ya atada. - Me llamo Mayra. Toma, cielo.- me ofreció algo con su mano derecha cerrada y lo dejó caer sobre la mía. Al principio supuse que era alguna nota subida de tono diciéndome el lugar y la hora para nuestro encuentro. Pero no. Cuando noté la forma y el peso de aquel objeto en mi mano, no podía creérlo. Miré lo que era y vi que no me equivocaba. Desconcertado y herido en el orgullo, la miré a los ojos con rabia. - Zorra asquerosa. Di media vuelta y me largué de allí indignado y dolido. Volvi junto a la sección de carnes, donde mi madre seguía comprando y le cogí la mano. Mentalmente, seguía maldiciendo a aquella maldita ramera rubia. De acuerdo que yo tuviera seis años, pero regalarme una puta piruleta me parecía un insulto. PIN-HEAD @ 17:44 -+-+- | -+-+-+-+- |
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Supo en ese momento que su vida terminaba, que todo por lo que había luchado se desvanecía como si nunca hubiese existido. Sus sueños y esperanzas se diluían como azúcar en café caliente y todos sus sacrificios eran ahora vanos y absurdos. Pensó en su mujer y sus hijos, y esbozó una leve sonrisa emocionada. Deseó que todo les fuera bien en su ausencia y que no le olvidaran nunca. Se preparó para sentir el peor de los dolores imaginables. Y lo sintió. El enorme metal entró violentamente por su espalda y apareció en su vientre, desgarrando sus entrañas. Quedó completamente ensartado. Antes de desvanecerse, sin embargo, vió lo que parecía ser una alucinación propia de la pérdida de sangre: una inmensa cantidad de liquido rojo oscuro se precipitaba desde lo alto, empapando su moribundo cuerpo, mientras oía una misteriosa voz, profunda y poderosa como un trueno, que parecía venir desde todas partes a la vez... - ¡Su puta madre! ¡Otra vez me he pinchado con el jodido anzuelo! Estos gusanos no se están nunca quietos. Niño, pásame las tiritas. - y el anciano lanzó el cebo al agua para seguir pescando junto a su nieto. Como si nada. PIN-HEAD @ 04:32 -+-+- | -+-+-+-+- |
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martes, noviembre 15, 2005 Viejas costumbres - Y recordad, hijos míos, el demonio se esconde tras todas las esquinas. Sabe aquello que pensáis y jamás os atreveréis a decir. El maligno es muy listo y espera que en cualquier momento caigáis en la tentación del pecado y la depravación para poder llevarse consigo vuestra alma, y obligaros a yacer eternamente en el averno. Sed puros y no os dejéis llevar por el instinto, hijos mios, y el Señor os acogerá en su luz y gloria infinitas por los siglos de los siglos. In nomine patris, et fili, et spiritu sancti. Amén. - ¿No cree que ya va siendo hora de dejar toda esa mierda, señor Wojtyla? - la voz venía de donde deberían estar los fieles, y sin embargo sólo había una misteriosa silueta sentada en una silla plegable, en medio del desolador vacío al que parecía dirigirse Su Santidad. Por la postura, parecía estar realmente hastiada de oír un sermón tras otro. - Sí, tienes razón, pero es difícil deshacerse de las viejas constumbres, querido Judas. Y juntos se fueron andando calle arriba, en dirección al Palacio de Conciertos. Aquella noche tocaban Kurt Cobain y Jim Morrison, en un dueto memorable que, ni si quiera en el Infierno, nadie pensaba perderse. PIN-HEAD @ 21:10 -+-+- | -+-+-+-+- |
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lunes, noviembre 07, 2005 Jasper no es republicano “Por un presente y futuro moralmente justos. Vótame.” Ese era el eslogan electoral que aparecía 16 veces al día en todos los canales de televisión por cable, y que intentaba convencer a la población de que la mejor opción a votar era, de nuevo aquel anciano republicano, George Bush Tercero (III). Después de 34 años de gobierno internacional con mayoría absoluta, ya nadie se planteaba otra alternativa y las campañas electorales se convertían en una mera tradición sin ninguna utilidad práctica. Aquellas elecciones de 2074 no serían una excepción. Mientras planchaba, María contempló orgullosa el retrato de su Presidente que tenía colgado en el comedor, justo debajo de la bandera de los Estados Unidos del Mundo. Su momento patriótico del día se vio interrumpido por unos ruidos extraños en el cuarto de su hijo. Decidió ir a ver qué pasaba. - ¿Te diviertes, Oliver? – preguntó la madre irónicamente, con los brazos en jarra. - En realidad sí. – el niño sostenía entre sus manos un machete ensangrentado y chorreante. Su expresión era traviesa pero desprendía mucha ternura. - Te he dicho mil veces que no apuñales al perro. Las manchas de sangre cuestan mucho de quitar. – estaba siendo una riña piadosa, sin énfasis. La pobre mujer llevaba todo el día con dolor de cabeza y lo que menos le apetecía era gritar. - Lo sé mamá, lo siento. No lo haré más, de verdad. – escondió el inmenso cuchillo tras su espalda e inclinó la cabeza hacia abajo arrepentido. - Está bien, hoy no te castigaré, pero hazme el favor de recoger el cadáver de Jasper y enterrarlo en el jardín. Estoy más que harta de que lo dejes todo por medio. Además es el sexto perro que te compramos en un mes, podrías tener un poco más de paciencia en lugar de desollarlo a las primeras de cambio. Ya tienes ocho años y deberías empezar madurar. - Sí, mamá, descuida. La mujer abandonó la estancia con parsimonia y dejadez. Más tarde su hijo hizo la tarea que su madre le había encomendado. Aquella noche se fue a dormir sin comer postre, como castigo. A la mañana siguiente, limpiando la habitación de su pequeño mientras este estaba en el colegio, María encontró en el armario de Oliver una revista Penthouse muy antigua. Estaba sucia y rota. Parecía haberla encontrado tirada en algún callejón del Barrio Marginal. Era el único lugar donde se traficaba con mercancías ilegales como aquella. Horrorizada, corrió hacia el comedor en busca de su teléfono móvil e hizo una llamada que duró muy poco. Aquel día Oliver no volvió a casa. Fue interceptado a la salida de la escuela por dos agentes del FBI que le llevaron a comisaría. El pequeño Oliver, de ocho años de edad, fue condenado a 41 años, 7 meses y 24 días de prisión incondicional y sin fianza, acusado de tenencia ilícita de material pornográfico. El domingo de aquella misma semana, George Bush Tercero (III) ganó las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos del Mundo. Otra vez. PIN-HEAD @ 04:17 -+-+- | -+-+-+-+- |
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miércoles, septiembre 07, 2005 La insoportable levedad de las declaraciones de amor - Amor mío, yo sólo quiero que seas sincero conmigo. No quiero que ocultes tus problemas sólo por miedo a hacerme daño. Necesito saber la verdad. Necesito conocerte aun mejor. Nuestro amor es más fuerte que cualquier adversidad. Quiero pasar mi vida contigo, envejecer a tu lado y demostrarte mi amor hasta que la última gota de mi vida haya caido en el inminente charco del Fin. Seré la mujer de tu vida. Te juro que te haré feliz siempre, compartiré contigo mis penas y mis alegrías, seré tu alma gemela, tu compañera fiel y tu apoyo en los momentos más duros. Quiero que sepas que eres lo más importante de mi vida. Quiero que te des cuenta de que te amo más que nada ni nadie en este mun... - Es el vello de tu barbilla. No me gusta. Bofetada. Portazo. Y no volví a verla nunca más. PIN-HEAD @ 13:30 -+-+- | -+-+-+-+- |
La magnitud de mi tragedia